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Una casa con alma Male

La productora de moda y decoración Szaszak ambientó su hogar a la medida de su estilo: es la mezcla perfecta de hallazgos modernos, herencias de familia y objetos de su afecto.

Fue una precursora. En tiempos en los que las casas de barrio privado se ajustaban a la arquitectura más clásica de ladrillos y tejas, la que encararon Male Szaszak y su exmarido en el 2000 se construyó como un bloque de hormigón, a puro cemento, hierro y vidrio. Enamorados de un terreno que da a un pulmón verde y a una de las canchas de polo más importantes de Zona Norte, privilegiaron la vista, y por eso también jugaron con la doble altura y con una escalera casi suspendida que conecta las dos plantas. “Hoy está de moda este tipo de construcción, pero en aquel entonces era súper novedoso”, cuenta Male. El arquitecto a cargo del proyecto de vanguardia fue Manuel Padorno, íntimo amigo de la pareja. Aunque fascinados por el resultado final, debería pasar un largo tiempo hasta que el matrimonio disfrutara su creación. Es que apenas casados se fueron a vivir al exterior por cinco años, primero a San Diego, California, y luego a Panamá. La casa fue alquilada, y todos los regalos de casamiento fueron a parar a bauleras de amigos, padres y suegros.

En ese tiempo viviendo afuera, Male completó sus estudios de Relaciones Internacionales en Estados Unidos, pero despuntó su veta creativa en Panamá, decorando casas, clubes de playa y golf e incluso un hotel. Para su regreso a Argentina, el nacimiento de su primer TEXTO: VICKY GUAZZONE DI PASSALACQUA.

FOTOS: NESTOR GRASSI.

hijo, Lucio, la hizo volver a decidirse por el diseño en lugar de pensar en su carrera de base. “Quería un trabajo que me permitiera estar con mi hijo y manejar mis horarios”, relata. Así llegó a la producción de notas de decoración para la revista Living, y más tarde también de moda para BeGlam, ¡Hola! y Luz. Y con la llegada de su segundo hijo, Blas, este modo de trabajo se profundizó. Su ojo esteta no pasó desapercibido en el ambiente del diseño. Por eso, al poco tiempo la convocaron de la marca Bendito Pie para manejar sus redes. Algo que jamás había hecho, pero a lo que pronto le tomó la mano. “Empecé a hacer fotos en casa, producciones con modelos, y manejar una cuenta de más de 500.000 seguidores. Y entendí el enorme trabajo que es”, cuenta. Más adelante llegarían otras marcas, como Julien o MG Platos. Hasta que la pandemia puso el mundo del revés y la exacerbación de las pantallas y la digitalidad la abrumó. Era tiempo de buscar otro camino.

Reconectar con el arte

A los 23 años, Male vivió una experiencia que le dejaría huella: fue contratada para ser la mano derecha del artista Carlos Páez Vilaró en su legendaria casa de Punta Ballena, Casapueblo. “Trabajaba los siete días de la

“Creo que se transmite mi impronta, porque es ecléctica: mezclo lo antiguo con lo moderno con aquello a lo que le tengo afecto”

semana y aun así no le podía seguir el ritmo a Carlos. Entraba a trabajar a las 8 de la mañana y él ya estaba desde las 6.30 en su atelier pintando. Eran las 9 de la noche y recibía a políticos del mundo y empresarios para comidas”, describe. La experiencia duró un año y fue una fuente inmensa de inspiración para el resto de su vida. Tanto, que cuando en 2020 decidió replantearse su esquema de trabajo, volvió a conectar con esos años y a evocar su amor por el arte.

“En pandemia hacíamos caminatas con una amiga, y en una de esas salidas empezamos a pensar en lo extraño que era que si querías ver arte o fotografía en Zona Norte te tenías que ir a la ciudad, porque acá no había galerías que nucleasen”, cuenta. Recordando la experiencia de una tía de Male que solía descolgar la obra de su casa y colgar y exponer la de amigos artistas, se les ocurrió armar algo similar. Así nació House of Arts, un proyecto conjunto con Romina Méndez Castelli en el que la propuesta es ver arte en el contexto de una casa o espacio ya habitado en lugar de en una pared blanca e impersonal. “Ponemos fotos en el living, el comedor, el toilette, la biblioteca…”, explica Male. Con varias ediciones exitosas en su haber, han convocado artistas como Ides Kihlen, José Pereyra Lucena, Clara de Es

trada o María Torcello, entre muchos otros. La próxima muestra será en mayo y puede consultarse toda la información al respecto en @houseofartsoficial.

Aunque siempre se interesó por el arte, este renovado acercamiento también influenció su propia casa. Entre otras obras adquiridas recientemente resalta la de Clara de Estrada en el living, una fotografía de un guacamayo rojo que en los últimos tiempos ha conseguido reinsertarse en los Esteros del Iberá gracias a un enorme trabajo de la Fundación Rewilding. Bajo este suele pasar bastante tiempo, leyendo en la tablet o disfrutando algunos de sus muchos libros, uno de sus grandes permitidos en compras de viajes y que adornan la enorme mesa ratona, pero también varias bibliotecas y estanterías a lo largo de la casa, incluido el comedor diario.

“Uso muchísimo la

galería, porque me encanta recibir gente. Una de mis primeras producciones de deco fue para una edición especial sobre recibir en casa, y la hicimos

acá mismo”

“Otro espacio que disfruto mucho es la ventana de mi cuarto. Me encanta despertarme y abrirla, es mi lugar de pensar y de creatividad”, relata. Con un pequeño balcón cubierto por una enredadera silvestre, ofrece una vista directa al verde de la cancha de polo. Aunque separada desde hace unos años, la verdad es que ha ido haciendo muy suyo cada espacio de este hogar. “Hay casas que están diseñadas por mega diseñadores. A esta le puse mucha alma. Creo que se transmite mi impronta, porque es ecléctica: mezclo lo antiguo con lo moderno con aquello a lo que le tengo afecto”, apunta. Y así, en lo que nació de un bloque de hormigón, vidrio y hierro se formó una casa que es tanto refugio como fiel reflejo de identidad de su dueña. “Hay una frase del arquitecto Charles Eames que me encanta y me identifica: ‘los detalles no son solo detalles, sino que hacen al diseño’. Creo que esto puede verse en cada libro, vela, ramo de flores o foto que te transmite algo”, sostiene. También en la música suave que acompaña tanto la charla como la sesión de fotos, y en el budín de zanahoria y las tazas de té que coronan la invitación en esta casa de impronta vanguardista y corazón abierto.

“Muchas veces me cruzo con hallazgos deco yendo a buscar objetos y muebles para las producciones y me termino entusiasmando y comprando para mi propia casa…”

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2023-05-09T07:00:00.0000000Z

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