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El otro revés del clima

Tras la sequía, el agua sacude ahora al hemisferio norte. Falta de políticas frente a los desastres y el aumento de los seguros.

MAXIMILIANO SARDI msardi@perfil.com @maxi_sardi

Los desastres en Italia sugieren que la crisis climática está a las puertas de Europa. Las inundaciones de esta semana son el último revés meteorológico en el hemisferio norte, y los expertos ambientales apuntan a que los fenómenos de este tipo tendrían un increscendo.

En Italia, partes de la región de Emilia-Romagna, en el norte de la bota, recibieron la mitad de su precipitación anual promedio en solo 36 horas. Los ríos se desbordaron y miles de hectáreas cultivadas quedaron sumergidas bajo el agua. Unas 20.000 personas se quedaron sin hogar y las autoridades confirmaban la muerte de 13.

Es solo el último desastre meteorológico que ha azotado al país. Hace seis meses, 12 personas murieron en la isla sureña de Ischia en un deslizamiento de tierra provocado por lluvias torrenciales. Y once más murieron en septiembre pasado por inundaciones repentinas en la región central de Marche.

Además, en julio pasado, en medio de una ola de calor y la peor sequía de

Italia siete décadas, una avalancha de hielo en los Alpes italianos terminó con la vida de 11 personas.

Todavía no hay estudio que determine que las inundaciones de esta semana fueron causadas por el calentamiento global. Pero en toda Europa, a medida que aumentan las concentraciones atmosféricas de dióxido de carbono, también aumenta el clima extremo: los años consecutivos de sequía han afectado a los agricultores en España y el sur de Francia, mientras que el año pasado hubo olas de calor sin precedentes en todo el continente.

“El cambio climático está aquí y estamos viviendo las consecuencias. No es una perspectiva remota, es la nueva normalidad”, marcó Paola Pino d'Astore, experta de la Sociedad Italiana de Geología Ambiental (SIGEA). Los científicos coinciden que la geografía de Italia la hace particularmente vulnerable a los desastres climáticos: su variada geología la hace propensa a inundaciones y deslizamientos de tierra, mientras que el rápido calentamiento de los mares a ambos lados la hace vulnerable a tormentas cada vez más poderosas, en medio del aumento de las temperaturas.

Hasta ahora, las crisis climáticas han sacudido al hemosferio sur, pero

para Italia ahora, y probablemente pronto para el resto de Europa, una situación dramática está a las puertas. En agosto pasado, una estación meteorológica cerca de Siracusa, en la isla mediterránea de Sicilia, registró 48.8 °C, que se cree que es la temperatura más alta jamás medida en Europa.

Mientras que el mundo libra una batalla perdida para mantener el aumento de las temperaturas medias mundiales por debajo de 1.5 °C, en Italia las temperaturas medias de los últimos 10 años ya son 2.1 °C más altas que en la época preindustrial.

Coldiretti, un grupo nacional de agricultores, apunta que la cantidad de eventos climáticos extremos registrados el verano pasado, incluidos tornados, granizo gigante y rayos, fueron cinco veces mayores que la registrada hace una década.

Y como en muchas partes del mundo que ya están sintiendo los impactos del cambio climático, son los agricultores los que más lo sufren: la severa sequía del año pasado hizo que el rendimiento de los cultivos cayera hasta en un 45% también en Europa, como sucedió en Argentina.

El grupo ecologista WWF, señaló que la eliminación de los bosques y la vegetación que absorben agua a lo largo de las riberas de los ríos en Emilia-Romaña habría amplificado el desastre de la última semana, cuando veintitrés cauces se desbordaron. Los expertos recalcan que es el resultado de años de construcción a menudo no regulada y agricultura a escala industrial.

Pero a pesar del incremento de los desastres meteorológicos extremos, los políticos italianos se muestran poco dispuestos a intervenir. El Ministerio de Medio Ambiente publicó el primer Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático del país en diciembre de 2022, después de casi cuatro años de retraso. “Es cada vez más urgente una política de adaptación al cambio climático que vaya más allá de cómo manejar las emergencias, y considere los efectos de la planificación ordinaria”, alertó WWF Italia en un comunicado.

EN AUSTRALIA. Como en Italia, los desastres naturales han sacudido durante los últimos meses a Australia, donde los seguros para algunas propiedades se han triplicado y varios terrenos han sido “no asegurables” frente al riesgo de un desastre natural.

El Consejo de Seguros de Australia (ICA) explicó que las primas más altas fueron el resultado de que la industria se reajustó a la nueva realidad de condiciones climáticas extremas más frecuentes. “Cada aseguradora tiene sus propios criterios de suscripción y utilizará estos criterios para determinar los riesgos subyacentes a las pólizas individuales y categorías de pólizas”, apuntó el comunicado de ICA.

Kathy Collinson, de Wentworth en el lejano oeste de Nueva Gales del Sur, denuncia que a muchos en su ciudad se les negó el seguro o tuvieron que pagar enormes aumentos en las primas a pesar de lo que ven como un pequeño aumento tangible del riesgo.

Wentworth se encuentra en la intersección de los ríos Murray y Darling, y se inundó este verano, Algo que no había sucedido desde 1956, cuando falló el dique de tierra que protegía de las crecidas.

En tanto, los gobiernos de Nueva Gales del Sur y Queensland anunciaron esquemas de ayudas en respuesta a las inundaciones de 2022: el gobierno federal comprometió el año pasado 200 millones de dólares para 34 proyectos de mitigación de desastres en regiones con riesgo de fenómenos meteorológicos extremos. Algo que debería convencer a las compañías de seguros a reducir las primas. Pero la industria no está convencida, y asegura que lo fenómenos irán en aumento en frecuencia y potencialidad.

CIENCIA

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2023-05-25T07:00:00.0000000Z

2023-05-25T07:00:00.0000000Z

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