Extravagario
“Mi madre murió cuando yo tenía dos años y medio. Mi padre se casó en segundas nupcias con una mujer que tenía tres hijos; yo era el menor y como era muy pequeño me dejó en la casa de mi madrastra, que era dueña de la mitad del pueblo; tenía mucha servidumbre indígena y el tradicional menosprecio e ignorancia de lo que era un indio, y como a mí me tenía tanto desprecio y tanto rencor como a los indios, decidió que yo había de vivir con ellos en la cocina. Mi cama fue una batea de esas en que se amasa harina para hacer pan, todos las conocemos.” https:// acortar.link/xR8BTf
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CULTURA
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2021-09-19T07:00:00.0000000Z
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Editorial Perfil